Rafael Asencio González

Hace ya algunos meses que por boca, principalmente, de un insigne tuno alcoyano, Pedro J. Ruiz Maján (Guarni), aunque también por conducto de otros dos no menos ilustres, Enrique Pérez Penedo (Lapicito) y Miguel Ángel Vega Zafra (Miake), tuve conocimiento de la celebración de las bodas de oro de la Tuna de Ingenieros Técnicos Industriales, acontecimiento digno de encomio que merece la felicitación más sincera.

Especial alegría me produce este lance habida cuenta no sólo la amistad que me une a algunos tunos alcoyanos, a más de los ya citados el incombustible “Rana” entre otros, sino también a alguna que otra aventura acaecida en el lapso de tiempo que viví en Alicante e integré las huestes de Medicina de la U.M.H.

En estas conversaciones andábamos cuando mi Dilecte Frater “Guarni” tuvo a bien solicitarme, hace apenas unos días, si podría hacer yo alguna contribución conducente a desvelar el origen de la Tuna Industrial de Alcoy, conocedor de mi gusto por la investigación histórica de la tradición que nos une y, principalmente, del hecho de haber escrito un tratado titulado “Las Estudiantinas del Antiguo Carnaval Alicantino. Origen, contenido lírico y actividad benéfica (1860-1936)”, presentado en la Universidad de Alicante.

Ciertamente no pude negarme, naturaleza obliga, a pesar de las dificultades que el tema entrañaba pues no abundan las fuentes de consulta a más de ser diversa la sustancia de lo que hoy es la tuna si la comparamos con las que tuvieron vigencia durante el siglo XIX y primeros años del XX hasta la ruptura que supuso nuestra guerra civil.

En primer lugar cabe decir quelas Estudiantinas de por aquel entonces (escolares o no) no funcionaban durante todo el año, sino que se organizan para el carnaval o la gira concreta (generalmente benéfica) disolviéndose inmediatamente después, siendo que no sería hasta bastante después que se llegó a una organización permanente tal y como hoy en día sucede.

El presupuesto anterior podría facilitar la tarea, pues bastaría con indagar en la prensa alcoyana teniendo en cuenta sólo las fechas de antruejo más cabe, con todo, hacer un par de consideraciones:

1.   En el caso de Alcoy, la prensa histórica digitalizada disponible corresponde sólo a los siguientes años: 1878-1879 y 1898-1912; de donde no existen referencias anteriores a 1878, ni del período 1880-1898, ni tampoco de 1913 y años posteriores hasta 1936.

2.   En propio éxito de las fiestas de carnaval en la ciudad, pues si bien tuvieron una época dorada entre 1880 y 1890, comenzaron a decaer desde entonces, dándose prácticamente por muerto desde 1900, animándose algo a partir de 1915 a decir de la prensa de la capital. Lógicamente, si las estudiantinas tenían su reinado en las fiestas de Momo, Baco y Terpsícore, la crisis del carnaval tenía como consecuencia la de las propias estudiantinas.

No obstante lo anterior quedan referencias, principalmente del período de esplendor del carnaval alcoyano (1880-1889) en el que tienen parte las distintas sociedades recreativas y culturales que en ese momento florecen en la ciudad industrial, las cuales forman sus estudiantinas, aunque también las organizan grupos profesionales y, por supuesto, el elemento escolar.

En este contexto, y en el año 1881, serán dos las estudiantinas que salgan con el mismo propósito,  postular en pro del levantamiento de la Casa de Desamparados [1].

El Serpis de Alcoy ese mismo domingo puede deducirse que la estudiantina se hallaba integrada en la Sociedad Recreativa “El Iris”, fundada bajo presidencia de don Rafael Pérez Jordá el anterior año a semejanza [3] de la sociedad familiar recreativa de igual nombre nacida en Valencia en  agosto de 1879  para lograr “el cultivo de las bellas letras, ciencias y artes, y cuantos objetos puedan servir de honesto solaz para los socios y sus familias” [4]:

“En mi excursión di de bruces con algunos mamarrachos vestidos grotescamente que me dijeron eran máscaras. Ante semejante falta de buen gusto y de cultura, comencé a lamentarme y casi estaba a punto de lanzar los rayos de mi excomunión contra las máscaras y el Carnaval, cuando tropecé de manos a boca con la estudiantina de El Iris. Un iris fue verdaderamente para mí la tal estudiantina, y las frases de abominación que iban a brotar de mi pecho indignado, se trocaron en palabras de agradecimiento a los que aprovechando una época de alegría, más que de alegría de locura, saben valerse de las debilidades humanas recabando un socorro para los pobres. ¡Loor a las estudiantinas!

La segunda estudiantina que también postula para la nueva Casa de Desamparados es la formada por estudiantes de segunda enseñanza de los colegios de Alcoy (no se indica cuál) y alumnos de la Escuela Industrial [5], a los que la autoridad concede permiso, el miércoles 17, para llevar a cabo su propósito de postular el domingo por la mañana, “siendo de presumir que lo verifique también por la tarde si se ha de amoldar en un todo a la norma citada” [6], repartiendo entre la concurrencia versos alusivos al objeto.

Tanto la estudiantina de dependientes de El Iris como la estudiantina integrada por verdaderos estudiantes, tuvieron que suspender la salida prevista para el domingo 20 a causa del mal tiempo, y ambas acordaron realizarla el domingo próximo más el mal estado del piso, retrasó nuevamente su salida al martes 1 de marzo, fecha en la cual las dos postularon sólo por la tarde partiendo de la Casa de Desamparados en construcción.

El día elegido amaneció con un tiempo totalmente diferente al que había hecho los días anteriores de modo que, como estaba anunciado, las estudiantinas pudieron llevar a cabo su labor luciendo “parecidos trajes, o sea el tradicional sombrero estudiantil y la capilla… La de los escolares llevaba una bandera o cartelón donde se leía: <<Los estudiantes de Alcoy a beneficio de la Casa de Desamparados en construcción>>, y les acompañaba la orquesta de la música nueva. Los estudiantes del comercio iban también acompañados de la orquesta de la música Novísima, abriendo la marcha una bandera en cuyos lazos se hallaba consignada la siguiente inscripción: <<La estudiantina de la Juventud comercial. Limosna para la Casa de Desamparados en construcción. Seguía después de la orquesta un carro triunfal, en cuyo centro, sobre una especie de catafalco, se destacaba la figura de Mercurio representado por un niño, algunos otros niños vestidos de estudiantes y cuatro pequeñas asiladas de la casa de Beneficencia, ostentando un cartelón que llevaba también sus correspondientes inscripciones. Los escolares, como anunciamos, repartían versos y los comerciantes bonitos ramitos de flores. Lo recogido por dichas estudiantinas, que ha sido entregado a la Correspondiente asciende a 2.660 reales 75 céntimos, o sea 929 reales 50 céntimos la escolar y 1.731 reales 25 céntimos los comerciantes” [7].

Cabe destacar la novedad que suponen ambas estudiantinas, en el caso de la escolar emerge evidente, estamos ante la primera estudiantina ciertamente integrada por escolares de la cual se tiene constancia en Alcoy; respecto a la de El Iris es igualmente original en su especie, es decir, es también la primera entre las apócrifas nacida en el seno de una sociedad que la sustenta. Por demás en ambas sigue sin aparecer el elemento significativo más singular a todas luces: la existencia de música propia ejecutada por sus miembros.

La estudiantina escolar no salió en 1882 pero sí lo hizo al siguiente año postulando nuevamente a favor de la nueva Casa de Desamparados. A decir de la prensa estaba compuesta de estudiantes y jóvenes de la población (“verdaderos estudiantes y estudiantes de afición” dice El Serpis del 13 de febrero) y salió dos días, el domingo 4 y el martes 6, recaudando 955 y 996 reales respectivamente, lo que hace un total de 1951.

Por último recorrió las calles de Alcoy en 1888, postulando para los pobres, una estudiantina formada por jóvenes escolares, consiguiendo una muy buena postulación que ascendió a un total de 822 reales [8].

De entre las tres estudiantinas escolares mencionadas sólo puede afirmarse la presencia de alumnos de la Escuela Industrial en la de 1881, circunstancia que, no obstante, basta para encumbrarla al grado de antecedente de la que ahora celebra sus bodas de oro.