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La Estudiantina Española Fígaro en Chile (1884-1886)

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Ramón Andreu Ricart*


El proceso hispano-chileno de transculturación de las Estudiantinas, con su consiguiente adopción y adaptación, se inició con la llegada de la Estudiantina Española Fígaro, en octubre de 1884, a la puerta norte de Chile.

Luego de una exitosa gira por las más importantes ciudades nortinas, llegó a la capital, Santiago, el 31 de Diciembre de ese año para, luego de la fiesta de los abrazos, realizar al día siguiente (1 de enero) un gran concierto a beneficio del Cuerpo de Bomberos, en el popular paseo capitalino de la Quinta Normal de Agricultura, con el cual logró conquistar la admiración de la sociedad santiaguina.

La Fígaro había sido fundada en Madrid, aproximadamente en 1878, por iniciativa del destacado músico hispano Dionisio Granados. Desde sus inicios desarrolló una intensa y extensa labor de difusión, primero en Europa y más tarde en América, logrando generar gran avidez social por esta expresión musical y por el cultivo de la bandurria.

Por aquellos años en España, este instrumento, profundamente enraizado en la tradición española, era de uso cotidiano. Los prestigiados compositores españoles Francisco Asenjo Barbieri primero, quien contribuyó en gran medida a la creación de la zarzuela española, y después el maestro Cristóbal Oudrid, habían obtenido un extraordinario éxito escribiendo música para bandurria. Pero este instrumento -segun el músico español avecindado en Chile, Manuel Ramos- no había sido "debidamente apreciado ni se supo de qué era capaz, hasta que Dionisio Granados se obstinó en darlo a conocer en todas partes del mundo, con su famosa estudiantina Fígaro, que tanto éxito tuvo en Chile". El Nuevo Laúd Español habría sido recién creado en Madrid, hacia 1880, por el estudioso editor y almacenista de instrumentos José de Campo y Castro, tal vez por esto no hay constancia que este viniera entre el contingente instrumental de la Fígaro.

Destino América

La FígaroCon cierta trayectoria artística en Europa, la Fígaro emprendió rumbo a América, con la acostumbrada escala en Cuba. Por aquellos años, las compañías artísticas hispanas habían establecido su centro de operaciones tanto en La Habana como en Buenos Aires. Los frecuentes viajes de artistas europeos a América, en especial de las compañías españolas de zarzuelas, habían motivado a concentrar en la isla caribeña los implementos necesarios para realizar sus viajes ultramarinos desprovistos de gran equipaje escénico. Esta pasada obligada había transformado, en particular a La Habana, en un epicentro de irradiación artística.

Antes de su arribo a Chile, ya había recorrido gran parte de Europa y también de América. Se había presentado en las principales ciudades de España, Portugal, Francia, Italia, Austria, Rumania, Rusia, Bélgica, Inglaterra, Holanda. Su carta de presentación también incluía EE.UU, Canadá, Cuba, Puerto Rico, México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Ecuador y Perú. Como veremos, Chile será una escala más en un largo itinerario.

Al llegar a Chile, esta Asociación de instrumentistas, Orquesta de guitarras y bandurrias, Compañía de Conciertos, Orquesta Instrumental o Estudiantina Española, como se le denominaba a la Fígaro por esos años, no venía dirigida por el maestro Granados, sino por "el más notable guitarrista español", don Carlos García.    

Conquista de la capital chilena

Con el éxito cosechado en las ciudades nortinas de Iquique, Antofagasta, Copiapó, La Serena y Valparaíso, llegó a la estación de ferrocarriles de Santiago en el humeante tren nocturno proveniente de San Felipe, momentos antes de la cena de recepción del nuevo año de 1885.

Días antes, entre el gran gentío que recorría los improvisados puestos de venta navideña en la Alameda de las Delicias, se corría la noticia que la Fígaro daría: "un gran concierto, en el popular paseo de la Quinta Normal de Agricultura, a beneficio de la más simpática de las asociaciones santiaguinas, el abnegado Cuerpo de Bomberos".

En la correspondiente acta de la Sociedad Nacional de Agricultura, poseedora del recinto, quedó constancia del convenio “celebrado entre el Sr. Vicepresidente i el representante de la estudiantina española Fígaro para dar un concierto en la Quinta Normal el 1º de enero próximo. Según ese convenio, la Sociedad percibirá el 20% de la entrada líquida. Fue aprobado".

Sus éxitos en lejanos escenarios europeos y americanos eran la noticia social del día. La prensa se encargaba de entregar detalles. Se comentaban sus 10 funciones privadas en el palacio del Zar de Rusia y de otras tantas en los salones del Príncipe de Gales. Además, conciertos en Portugal, 35 en Francia, 134 en Austria, 114 en Cuba, 232 en España, 133 en México, 574 en EE.UU., entre muchos otros, con los cuales habían obtenido el elogio de la crítica local. Estos antecedentes, aunque posiblemente un tanto abultados, logran convencer al público santiaguino.

Su bien conquistada fama se debía a su talento musical y a su amplio repertorio, el cual incluía la música de Hernani, los célebres valses de Waldteufel -discípulo rival de Strauss- y composiciones de Granados, Metra, Mozart, Wagner, Verdi, Schubert y Arditi, además de aires tradicionales españoles. Su anunciado concierto no dejó a nadie indiferente, más aún con tan atractivos antecedentes logrados en “tan sólo 6 años de vida”.

Invitación de la Fígaro

La agrupación venía integrada por: Manuel González, José Lombardero, Alejandro Reneses, Valentín Caro, Manuel de Mula, Enrique Olivares, Francisco Cavero, Miguel López, José Sancho, Eugenio Anton, Antonio Gutiez y Juan Ripolli, bajo la dirección del guitarrista Carlos García y de su agente, don Joaquín Rigalt. Los 13 músicos prometían gran riqueza instrumental con sus 7 bandurrias, 4 guitarras además de violín y violoncelo.

Por medio de la prensa local, la Fígaro invitaba al concierto: "No habiéndonos sido posible conseguir el Teatro Municipal de esta ciudad, y en el deseo de ser juzgada por este respetable cuanto inteligente público, hemos organizado un único concierto que tendrá lugar en la Quinta Normal, el próximo jueves 1º de enero [a las 8 p.m.], cuyos productos líquidos se destinará a beneficio del Cuerpo de Bomberos. Si nuestros trabajos llegan a merecer el concepto obtenido de todos los públicos ante quienes hemos tenido la honra de concertar, quedarán gratamente compensados nuestros esfuerzos y será un lauro que añadirles a sus anales”.- La Estudiantina Española 'Fígaro' ”.

PROGRAMA

1ª PARTE

RUMANIA (MARCHA) GRANADOS
A TI (VALSES) WALDTEUFEL
MARTHA (SINFONIA) FLOTOW

2ª PARTE

L`INGENUE (GAVOTA) ARDITI
GUILLERMO TELL (SINFONIA) ROSSINI
UN BESO (MAZURKA) N.

3ª PARTE

FANTASIAS DE AIRES ESPAÑOLES, GRANADOS
MISSERERE DEL TROVADOR, VERDI
PUERTO REAL (PASODOBLE) JUARRANZ

El concierto empezará a las 8 P.M y la entrada valdrá un peso por persona.

El domingo anterior, el Presidente Domingo Santa María y su Ministro del Interior, don José Manuel Balmaceda, en ceremonia oficial habían dado término a la Exposición Nacional de la Quinta Normal, organizada por la SNA, dejando disponible la infraestructura necesaria para el espectáculo de la Fígaro.

El ansiado día había llegado. Las familias santiaguinas se convocaban al tradicional paseo. Los beneficiarios, el Cuerpo de Bomberos, previamente reunidos en la plazuela de los RR.PP. Capuchinos, se dirigieron al lugar desfilando por las calles con sus trajes de gala, acompañados por dos bandas de músicos. El público los vitoreaba entusiastamente a su paso, sumándose masivamente en dirección al concierto.

A las 8 de la noche, ya se habían reunido alrededor de 3.500 personas, entre las cuales figuraba "lo más distinguido de la sociedad santiaguina", al decir de un cronista. Notable cifra, para la reducida población de Santiago. Todo un “megaevento” para esa época.

A la espera del inicio del concierto, la concurrencia aprovechó de disfrutar del grato anochecer veraniego mientras paseaba por las hermosas avenidas de la Quinta Normal gozando con el epectáculo que ofrecía la laguna y los sotioss principales del paseo, que habían sido especialmente alumbrados por luces de bengala y hachonas del cuerpo de bomberos. Llegó la hora y el público tomó asiento en la gran carpa que había sido ocasión, pudiendo los paseantes disfrutar del grato anochecer veraniego mientras gozaba con el espectáculo que ofrecía la laguna y los sitios principales del paseo. Llegó la hora y el público tomó asiento en la gran carpa que había sido levantada hacía unos meses frente al palacio de la exposición. Siete poderosas luces eléctricas iluminaban el recinto. Se apreciaba un crecidísimo número de niñas luciendo su simpatía y hermosura en medio de esa novedosa luz brillante que realzaba su juventud.

Los miembros de la Fígaro, vestidos con el elegante traje de los antiguos estudiantes españoles, hicieron su aparición, en el improvisado proscenio siendo recibidos con explosivos aplausos. Al igual que en sus presentaciones anteriores el impacto visual de su novedoso traje, su juvenil talento instrumental y su generoso espíritu benéfico fueron la clave del éxito:

Trece estudiantes colocados, en bien dispuesta grada, ostentan sus ricos i característicos trajes del siglo de Salamanca, luciendo sus originalísimos instrumentos que llegan a pulsar con conocimiento magistral, ostentando ricas i deslumbrantes gacetas de bellos diamantes, como antítesis del estado precario de sus colegas de otros siglos, prendiendo a un lado el lazo con los colores de la enseña de su patria a la cual honran por doquier, terciado el negro mantón i dejando entrever multitud de ricas medallas que adornan sus pechos como grato recuerdo de sus méritos”...”no tiene más papel delante de los ojos que la inspiración artística que los guía i que arde en su mente...»

En el tema Rumania, “Las guitarras hacían el acompañamiento a las bandurrias, que llevaban la melodía. El violoncelo hacía de bajo armónico, mientras que el violín servía de unión a todos los concertantes” ...”El efecto producido por la combinación de los instrumentos que, a primera vista, parecen incapaces de llegar a una altura tan difícil. Ejecutar con un solo violín, un violoncelo, unas pocas guitarras i bandurrias, piezas de tanto aliento i tan pomposa como la magistral obertura , que es casi llegar al sol con las alas de cera”...”Es una orquesta de extraordinario mérito en su género, quizás la única en el mundo: no por que sea raro el conjunto de guitarras y bandurrias, sino por el sistema del contrapunto adoptado por el habilísimo maestro que las dirige”.

Una vez más, especial atención provocó el vals de Waldteufel y las sinfonías Martha y Guillermo Tell. El Miserere, de Verdi, fue aplaudido con entusiasmo casi desconocido en la capital.

A las 22.15 hrs. -luego de agregar al programa la interpretación magistral de una jota aragonesa y de una zamacueca chilena, producto del desbordante entusiasmo del público- terminó el concierto y la concurrencia comenzó a retirarse entre comprometidas exclamaciones de aprobación. "La manera como fue ejecutado el programa no dejó que desear -comentaba un asistente, agregando que- cada miembro de la estudiantina es un maestro aventajado en materia de música".

En los días siguientes fueron el comentario obligado. En boletería se habían vendido 3.101 entradas, las que, sumadas a las 500 vendidas en el centro, hacían un total de $ 3.601. La SNA, poseedora del recinto, en reunión del 5 de enero, dio cuenta del resultado obtenido e hizo indicación para que el directorio cediera al Cuerpo de Bomberos la parte que le correspondía a la quinta ($700), lo cual fue ampliamente aprobado, con solo un voto en contra. El Sr. Lauro Barros, a propósito de esta fiesta, "recomendó se estableciera para lo futuro más orden con respecto a la entrada i recepción de boletos".

Despedida

Dos días después, la institución beneficiada ofreció a la Fígaro una manifestación en el restaurante del cerro Santa Lucía, ubicado sobre la terraza Marcó, que mira hacia la Avenida de Las Delicias, frente a la calle del Carmen.

El “paseo del cerro Santa Lucía” había sido inaugurado en 1872 por el intendente de Santiago don Benjamín Vicuña Mackenna, como un lugar de “sano esparcimiento de las clases medias de la sociedad i del pueblo de la capital”.

En el banquete ofrecido a la estudiantina, Don Ismael Valdés Vergara, director de la 5ª Compañía de Bomberos, en un expresivo brindis, saludó a estos jóvenes artistas españoles. Agradeció a nombre de la Fígaro, su director, el Sr. García. La banda de música de la Guardia Municipal tocó las piezas más escogidas de su repertorio, mientras el Sr. Rafael Calvo, destacado e influyente artista, entre brindis, destacó el talento artístico de sus coterráneos, comprometiendo su gestión para hacer cuanto pudiera porque la estudiantina diera algún otro concierto en la capital.

Don Augusto Matte les ofreció la carpa de su circo Trait, de la cercana calle Dieciocho, en atención a que la Quinta Normal, a pesar de ser un paseo agradable, no era adecuada para que se percibiera bien el sonido de los instrumentos de cuerda.

La Fígaro agradeció el ofrecimiento y resolvió no realizar nuevos conciertos en la capital, partiendo el 5 de enero, en el tren de las 5 de la tarde, en dirección a la ciudad de San Felipe, con destino a la República Argentina.

Al año siguiente (1886), regresó para recorrer el resto del país difundiendo este género musical. Con su talento, simpatía, juventud y afán benéfico lograron generar en la sociedad chilena gran avidez por formar agrupaciones similares, las que fueron germinando en las regiones del país.

Factores que colaboraron en la buena acogida de la semilla de la Fígaro fueron el zarzuelizado ambiente nacional -género musical llegado a Chile en 1857- y el filarmonismo que surgido hacia 1827 se extendía envolventemente por la sociedad chilena.

Con la llegada de la Fígaro se articuló un proceso cuantitativo y cualitativamente ascendente de nacimiento, multiplicación y transformación de estas agrupaciones.


 

(*) Tomado del “Diario de vida de la Estudiantina Fígaro en Chile. 1884-1886”, Capitulo I, pags.17-52, de “Estudiantinas Chilenas". Origen, desarrollo y vigencia (1884-1955)”, de Ramón Andreu Ricart. FONDART, Ministerio de Educación de Chile. 1995.


Publicación: 01/03/12