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Entre otras tareas, Pignatelli se dedicó a potenciar la Casa de la Misericordia de Zaragoza

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Félix O. Martín Sárraga


Nuevamente el azar es responsable de hallar datos hasta ahora ignorados por el autor. Me encontraba leyendo prensa histórica a la caza de relatos sobre estudiantinas decimonónicas cuando encontré una semblanza de D. Ramón Pignatelli, de quién supiera indirectamente de su existencia por la Estudiantina Pignatelli que visitara la Exposición Universal de Chicago de 1893.

Del texto, firmado por Julio Álvarez y Aldé, extremos el siguiente contenido para conocimiento de todos:

«El hombre de quién vamos a hablar es uno de los que más han merecido el aprecio de los aragoneses por el estraordinario (sic) celo con que trabajó toda su vida por el bien de los semejantes y por la prosperidad de su país, habiendo existido muy pocos mortales que puedan disputarle el distinguido lugar a que se ha hecho acreedor en la historia de los hombres útiles a la humanidad.

Pignatelli Ramon Semanario Pintoresco Español. Madrid 1853. Pag. 5 D. Ramón Pignatelli, hijo de D. Antonio y de Doña María Francisca de Moncayo, nació en Zaragoza el año de 1734. Sus padres... lo enviaron al Colegio Clementino de Roma, donde se dedicó con afán a la filosofía y a las ciencias exactas y naturales, además del derecho canónico que estudiaba con el fin de seguir la carrera sacerdotal.

A la edad de 19 años le confirió Benedicto XIV un canonicato en la iglesia metropolitana de Zaragoza y vino enseguida a tomar posesión de él.  [...] En cuatro años que rigió la universidad hizo varias mejoras en ella.... pero cuando más principió a conocerse el genio de Pignatelli fue a los 30 años de su edad, en el 1764, en que le nombraron regidor de la Casa de la Misericordia….. Inmediatamente se dedicó a buscar varios arbitrios, ocurriéndosele entre otros la construcción de una plaza que sirviera para las corridas de toros y que intentó edificar a pesar de encontrarse sin caudales. A finales de junio de 1764 se echaron los cimientos de ella y ya el 8 de setiembre (sic) del mismo año se verificó la primera corrida....

No pararon aquí los trabajos de Pignatelli para poner planta a la Casa de la Misericordia sino que hizo también el plano de un magnífico edificio que principió a fabricarse en 4 de enero de 1777 y que hoy admiran los zaragozanos. Estableció en él varios talleres de artes y oficios en que se instruyen los pobres que abriga en su seno, mejorando de este modo la suerte de estos infelices que antes se vieron tan desatendidos.

Al mismo tiempo que se ocupaba de la construcción de este hospicio iba preparando Pignatelli los trabajos necesarios para llevar a cabo la grande obra de Canal Imperial, del que había sido nombrado protector en 1772, con amplias facultades concedidas por Carlos III. Hasta entonces ninguno había podido realizar la grande empresa de hacer de la acequia construida por Carlos V, un canal de navegación.... dió principio á una presa en el Ebro.....doce años se emplearon para dejarla presa concluida, pero entre tanto se había escavado (sic) una gran parte del canal, de modo que en el año 1793 quedaba corriente la obra para la navegación....

Pignatelli había sido tachado de visionario por lo colosal de la empresa que acometiera, así que para dar un solemne mentís á los que de tal le calificaran, no se olvidó de construir una fuentecita en el camino de Zaragoza á Casablanca, en la que colocó una inscripción que dice así: Incredúlorum convictioni et viatorum cómodo; para convencimiento de incrédulos y comodidad de los viajeros.

Este año de 1793 fué el último de la vida de Pignatelli, quien sucumbió el 30 de junio, á la edad de cincuenta y nueve años, siendo su cuerpo sepultado en el panteón de los canónigos, en el santo templo metropolitano de Nuestra Señora del Pilar. [...]. Pignatelli fué nombrado caballero pensionado de la real y distinguida órden de Carlos III; era académico de la de San Fernando y sumiller de cortina de S. M. Su estatura era colosal, pues pasaba de seis pies; esto, unido á la severidad de su semblante, le daba un aspecto que en nada desdecía de la grandeza de su carácter. Mucho deben los aragoneses á este grande hombre, que hermoseó Zaragoza y sus cercanías con algunos edificios, cuyos planos trazó, como fueron el palacio arzobispal, el hospicio de misericordia y las elegantes casas de Torrero y de la Casablanca; los paseos frondosos que adornan el esterior (sic) de la ciudad, son también obra suya, y últimamente, Pignatelli enriqueció al Aragón, activó el comercio, protegió la agricultura, despertó en la juventud zaragozana el amor al estudio, socorrió de un modo estraordinario (sic) las necesidades del menesteroso, le dió un abrigo y le proporcionó los medios de subsistir decorosamente...»

Posteriormente, gracias a la Gran Enciclopedia Aragonesa supimos algunos datos más:

Ramón Pignatelli de Aragón y Moncayo, "noble, clérigo y político ilustrado aragonés. Contribuyó a crear la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País y llevó a cabo la construcción y puesta en marcha del Canal Imperial de Aragón". Entre otras ocupaciones fue canónigo del cabildo catedralicio de Zaragoza hasta su muerte, Regidor de la Real Casa de la Misericordia y Rector de la Universidad de Zaragoza.

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Imagen: 

 Semanario Pintoresco Español. Madrid, 1853. Pag. 5.

Fuente: 

 Semanario Pintoresco Español. Madrid, 1853. Pag. 5 y ss.


 Publicación: 11/10/19