El Carnaval de Madrid, poema de J. M. Villergas
Publicado en 1853, plasma al final del mismo el desempeño de las estudiantinas decimonónicas durante las fiestas madrileñas de Carnestolendas y evidencia que las letras de sus canciones trataban dos principales temas: escenas de la vida desde un prisma humotístico y loas a acontecimientos importantes.
El contenido que habla de ellas es el siguiente:
«Entre esta confusión de tres días
destácanse las graciosas armonías
de orquestas y de coros ambulantes.
Son cien pelotones de estudiantes,
gente de medio pelo y de alto rango
que en fraternales lazos simpatizan
y a la corte electrizan
repitiendo la jota y el fandango.
Cada cual de estos grupos en la mente
lleva un jardín de flores
con que rinde tributo reverente
a ese culto oriental de los amores
rechazado en Europa, y que muriera
si España un santo asilo no le diera.
Porque en aquel recinto,
si de lo bello halaga el sentimiento,
aún lo que es tradición para el instinto.
así, cuando vibrante extiende el viento
de una rondalla los amantes sones,
hay en cada creyente
un eco que repite lo que siente.
Al uno las canciones
recuerdan sus pasadas ilusiones,
dan aliento al que boga con bonanza,
y el que aún no ve su dicha satisfecha,
consagra una oración a la esperanza
bajo la simple forma de una endecha.
Tal es la estudiantina
que al carnaval con rayos ilumina
de alegre serenata.
Viene después de alguna cabalgata
y ciento más tras ella,
y aquí es donde descuella
La música divertida
de la patria de Lope y de Moreto.
Todas tienen un objeto:
una a reir con vida
representando escenas de la vida;
otra ensalza la gloria
de algún hecho brillante de la historia.
Todas lucen en noble competencia
y a sus evoluciones
dan realce mayor, con la elocuencia
de su gracioso traje y sus canciones».
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Imagen:
Estudiantina. Blanco y Negro. 21-09-1921. Portada.
Fuente:
La ilustración, periódico universal. Tomo VIII. Número 362. 04-02-1853. Pags 13-14.
Publicación: 11/10/19