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TUNA Y ARTE
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A las mujeres que se beben mi cariñena

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A FILIS Y A CLORIS, QUIENES, SIN HACER SONETOS, SE BEBEN MI CARIÑENA

Eduardo Maestre Cuadrado transp

Eduardo Maestre

 

 

Dulce Filis, perdona si me meto

en tu jardín retórico un instante

y observo que tu pluma es inconstante.

¿O es que hacer versos, para ti, es un reto?

Beberse el cariñena tiene un veto

tan sólo; mas es un veto importante:

no puede beber dél un dilettante

si antes no ha compuesto un buen soneto.

Dame el soneto, Cloris, lee tu rima

encima de esta cruz; ponte a leella

con clara voz y con marcado trino,

porque si no es así, aunque dé grima,

devuélveme ahora mismo la botella,

¡dame mi vino, coño, dame el vino!

 

 

Dedicado a las señoras y señoritas que se sientan en los escalones de la Cruz de Santa Marta y se dedican a beberse el vino que está destinado a ser entregado a los que escribimos versos y los recitamos en dichos escalones.